jueves, 8 de mayo de 2008

Después del éxtasis



Día resacoso el de hoy, después de asistir a la exhibición con nocturnidad y alevosía de anoche en el Coliseo Blanco, en el que once gladiadores blancos avasallaron a las hordas enemigas.
Once jugadores culés, testigos de un gran pasado y herederos de un negro y desolador futuro. Al final, como ya avancé el pasillo fue lo de menos, un mero acto de reconocimiento al campeón, sin más, sin humillaciones. La humillación vino después, todo un vendaval blanco, un tsunami que arrasó toda esperanza culé y borró de un plumazo las dudas existenciales que pudiera haber, si las hubiere, sobre el equipo madridista. Se suele hablar en fútbol de ciclos, pues lo de anoche marca el final de un ciclo, el final de un proyecto deportivo azulgrana que nunca existió.
Encomiable el público, generosos en el esfuerzo los jugadores blancos, demostrando que hay mimbres de futuro, se hace difícil destacar a alguno en concreto, pero por lo sorpresivo de su actuación me quedo con Marcelo y Diarra.
El Madrid debe dar por finalizada la temporada, aprovechar los dos partidos que quedan para tratar de colocar en el escaparate los descartes de cara a la próxima temporada y empezar a planificar la próxima, porque las buenas planificaciones se hacen en los momentos victoriosos. Y al loro, que esto sólo ha hecho que empezar.



2 comentarios:

Andrés Romero dijo...

La verdad es que fue una noche de clímax absoluto, un viva la pepa gozozo e interminable.

El R. Madrid ha terminado la temporada de manera fantástica.


Un abrazo, amigo.

Chechu dijo...

Más sorprendente lo de MArcelo que lo de Diarra, porque el africano está haciendo muy buenos partidos. Saludos